ChatGPT es una herramienta increíble. Pero si lo usas sin contexto, es como pedirle a un desconocido que te eche una mano con tus cosas.
Con el tiempo, he desarrollado un método que mejora radicalmente la forma en que interactúo con la IA. No son trucos ni hacks. Se trata de dar estructura y profundidad al conocimiento que ChatGPT tiene sobre ti. Y funciona.
Solo recomiendo hacerlo si tienes una cuenta de pago. ¿Por qué? Porque en ChatGPT Plus puedes desactivar el uso de tus datos para entrenar los modelos. En la versión gratuita, eso no es posible.
En ChatGPT Plus puedes ir a Ajustes > Datos > y marcar la opción “No permitir que se usen mis datos para entrenar modelos”.
Después de pelearme con Meta y todo lo que significa, he llegado a una conclusión incómoda: da igual que tengas cuenta o no. Ya han hecho un perfil tuyo solo con los datos de quienes te rodean. Es como cuando descubren un agujero negro por el efecto que tiene sobre lo que sí se ve.
Así que, si van a tener mis datos igual, al menos prefiero que me sirvan para algo útil.
Consiste en crear conversaciones separadas donde vas “entrenando” a ChatGPT en distintas áreas importantes de tu vida. No le das solo datos sueltos, sino lo que realmente te define: decisiones, estilo, valores, formas de pensar.
Yo lo divido así:
Le cuento mi trayectoria, mi CV, proyectos relevantes, herramientas que uso y lo que me diferencia como profesional. Al final, le pido que recuerde lo más importante en su memoria.
Aquí le hablo de lo que me hace feliz, mis creencias, cómo me gusta pasar el tiempo. Busco que entienda cómo soy por dentro.
Le doy textos míos (emails, artículos, posts) y le explico qué tono me gusta, qué quiero evitar y cómo quiero sonar. Así, cuando me ayuda a escribir, potencia mi voz.
Familia, salud, política, hobbies… todo lo que influye en cómo tomas decisiones o ves el mundo.
Porque ChatGPT mejora exponencialmente cuando tiene contexto. No tienes que repetirle quién eres en cada conversación ni explicarle desde cero qué te importa. Te entiende mejor, afina más y trabaja como un verdadero asistente personal.
Además, ese contexto es la base perfecta si quieres hacer cosas más complejas: GPTs personalizados, flujos automatizados, proyectos con instrucciones y ficheros…
Después, abre otro chat y hazle preguntas sobre ti. Verás cómo acierta.
Le pregunté cuál era mi canción favorita. Me dijo Uninvited, de Alanis Morissette. Acertó. A pesar de que no me gusta mucho esa artista, una vez le conté que esa canción me encanta. Lo había guardado.
Y si no hubiera acertado, podría haberle pasado una captura con mis canciones más escuchadas de Apple Music o Spotify. Eso también entrena. La música que oyes, las pelis que ves o las series que te atrapan dicen muchísimo sobre ti.
Ahora ChatGPT tiene contexto. Ya no es un desconocido que responde cosas genéricas. Es, en cierto modo, alguien que te conoce. Y eso cambia todo.
Yo lo uso para ayudarme a escribir artículos como este (etiquetas y extracto eran dos cosas que me hastiaban mucho), redactar publicaciones para redes, resolver dudas, pedir ideas para series, canciones o incluso consejos sobre mi albahaca.
De hecho, ayer noté que el agua de una maceta olía raro. Hoy le he preguntado por qué ocurre eso, cómo evitarlo y cada cuánto cambiar el agua. Como en otra conversación le hablé de que tenía albahaca, ha deducido que era esa planta y me ha respondido como si ya lo supiera.
Y si algún día dejas de usarlo, puedes cerrar tu cuenta y todo se borra. Simple.
Espero que te sirva. Y si tú haces algo parecido, o se te ocurre una forma mejor, cuéntamelo. Me encantará leerte.