Desgraciadamente, concentrarse es extremadamente difícil. De esto hay mucho escrito, pero se dice que necesitamos por lo menos quince minutos para concentrarnos en algo. Y durante esos quince minutos, estar concentrándose. Una vez concentrado, cualquier interrupción nos obliga a empezar de nuevo, lo que cuesta otros quince minutos de tiempo improductivo. Cuatro interrupciones cuestan una hora de productividad. Treinta y dos interrupciones un día.